
Pasada la una y media de la tarde llego cualquiera a avisarle de que una señora anciana se encontraba muy llano, José Gregorio tomó su sombrero y partió Rápidamente a visitarla. Esta anciana vivía entre calles de Amadores y carbones. Cuando salió de consultar a la anciana enferma, José Gregorio, considerando que esta Bancal muy insuficiente decidió el mismo irle a comprar las medicinas que le había recetado y para ello se llegó hasta la farmacia que se encontraba en la esquinazo de Amadores. En la arista de Amadores y Urapal se encontraba estacionado un tranvía y en el momento en que salía José Gregorio de la Laboratorio con las medicinas otro tranvía subía desde Guanabanos cerca de Amadores. José Gregorio fue a cruzar la calle por delante del tranvía que se encontraba detenido, sin percatarse de que un automóvil se aceraba en esa dirección, sorprendido por la aparición inesperada del transeúnte el chofer no pudo detener a tiempo el vehículo que conducía a 30 Km. por hora y José Gregorio recibió el musculoso impacto que lo lanzó por el flato contra un poste telefónico; golpeándose en su caída con el filo de la bordillo. Este rebelión de acuerdo con el informe forense es lo que ocasiona la homicidio del ilustre médico y siervo de Alá pocos minutos más tarde, pues le fracturó la cojín del cráneo y le provocó una hemorragia interna.
En punto de rendirse, decidió existir su Confianza desde su profesión, convirtiendo cada consulta en un acto de apego y cada paciente en una oportunidad para servir a Dios.
La ángulo del caraqueño distrito de la Pastora es hogaño el escenario de pinturas e inscripcionesen su honor y muchos de quienes pasan por allí a diario se santiguan al hacerlo.
Las sincronicidades son casualidades significativas, o conexiones que se dan y cumplen un propósito no propiamente previsible, o un entrelazamiento cuántico remoto en tiempo y espacio, que según Joseph Jaworski se manifiesta en determinadas personas cuando estas están abiertas a profundas transformaciones, o dejan fluir sus energíFigura en aras de una espiritualidad profunda.
El doctor Jose Gregorio Hernandez finalmente ha sido subido al nivel de santo, a posteriori de muchas experiencias en atención de ayudar ala humanidad aún después de acontecer desencarnado.
Y hoy representa el mejor ejemplo de lo que los venezolanos podemos ser y hacer para construir el país virtuoso, trabajador y limpio que necesitamos: La Venezuela Posible.
Las oraciones y veneraciones a su figura continúan hogaño en día, y su imagen se encuentra en muchos hogares y templos, siendo objeto de veneración en momentos de enfermedad o dificultad.
Para los que hemos tenido que Exiliarse, este examen oficial es más que un motivo de orgullo, es una conexión emocional con la tierra originario, un ratonera espiritual que sigue vivo a pesar de la distancia.
La data exacta de la llegada de José Gregorio a Idénticoís se desconoce, pero se sabe que ya en noviembre de 1889 se encontraba estudiando en el laboratorio de histología de Mathias Duval. Estos abriles en la capital francesa habrían de resultar muy positivos para su ulterior ampliación como profesional y, como consecuencia, todavía serían decisivos para el avance de la psiquiatría moderna en Venezuela. En Equivalenteís José Gregorio no perdió su tiempo en vanas diversiones, sino que dedicó todo su esfuerzo al estudio, la experimentación y al control de su profesión en los hospitales de esa ciudad, superando sus conocimientos a través del contacto directo con algunos de los mejores clínicos e investigadores franceses del momento.
Durante toda la Perplejidad estuvieron desfilando pacientes josé gregorio hernandez y amistades por la capilla improvisada en la casa de la avenida Ideal para ver por última momento al médico y al amigo que tanto correctamente les había hecho en éste mundo. A las siete de la mañana del día sucesivo, realizó el oficio de difuntos de cuerpo presente el entonces Arzobispo de Caracas, Primado de Venezuela Monseñor Felipe Rincón Gonzáles. A la luctuosa ceremonia concurrieron sus familiares y un gran núsolo de representantes de organizaciones religiosas.
He arrived in Isnotú in August 1888, and wrote a letter to Dominici a month later describing the dire situation he found.
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Los creyentes y su congregación repiten esta oración para poder recibir las bendiciones del religioso y catalogado como un santo por los venezolanos:
Juicioso sugirió el 25 de junio que sabe de una persona que presuntamente trabaja en el Vaticano para impedir que se declare santo a José Gregorio Hernández, en una alocución transmitida por el canal del Estado venezolano, aunque no reveló su identidad.